Decidimos salirnos unos días del intenso calor de Madrid, no muy lejos, a la entrada de la provicia de Zaragoza, cerca de Calatayud. Me recomendaron el lugar como un sitio donde "cargar las pilas" y donde la temperatura era algo más agradable.
Fue un bonito encuentro con los caprichos de la naturaleza. Es un Parque Natural formado por una gran hondonada en el terreno al paso del Río Piedra, por lo que forman numerosos saltos de agua, acompañados de partes de rápidos y otras de remansos de agua casi cristalina. Digo casi porque el nombre de Piedra proviene de la cantidad de sedimentos calcáreos que arrastran sus aguas.
Lo de Monasterio de Piedra (en realidad Monasterio del Río Piedra) proviene de la existencia desde el siglo XI de un monasterio cisterciense, hoy abandonado y ruinoso del que se ha aprovechado la mejor parte para convertirlo en hospedería.
Y todo al final quedó bien, se cargaron las pilas y volvemos a nuestro caluroso y cotidiano Madrid... pero nos queda, además, un buen recuerdo.
